domingo, 11 de mayo de 2014

Hallazgos del Sonido...

En un tronco me puse a tocar el cuenco tibetano... 
Después, medité y me dispuse a escucharme para obtener un poco de claridad...


viernes, 9 de mayo de 2014




"Los cuencos cantores del Tíbet emiten el sonido del vacío, que es el sonido del universo manifestándose”.                                                                         -Gwalwa Karmaza-





LA VIRTUD DEL SONIDO CON CUENCOS TIBETANOS

La vibración es el principio mediante el cual funciona el Universo. Todo lo que está manifestado, todo lo que existe, vibra, y todo está en continuo movimiento. La vibración también es un estado detectable que repercute en el observador evocando un sentimiento o una emoción.
La vibración surge por interacción entre ondas. Una onda es una perturbación que se propaga desde el punto en que se produjo a través del medio que rodea ese punto, y se difunde a través del espacio transportando energía. Esa vibración puede ser percibida como un aroma, un color, o un sonido.

El sonido es un fenómeno vibratorio, una energía oscilante que consiste en ondas sonoras que fluctúan fruto de la presión del aire, y son convertidas en ondas mecánicas en nuestro oído, y percibidas por nuestro cerebro. El sonido armoniza nuestra frecuencia personal, transporta nuestro espíritu hacia un estado diferente de conciencia, y es su poder transformador lo que le otorga su capacidad curativa.
Los cuencos tibetanos son unas vasijas metálicas forjadas de forma artesanal y compuestos por una aleación de siete metales: plata, oro, mercurio, estaño, plomo, cobre y hierro. Estos cuencos se utilizan de diversas formas: ritos ceremoniales, terapias de sanación a nivel físico y espiritual, en relajación, en meditación, etc. 
Cuando un cuenco tibetano suena, se crean fuertes vibraciones que se propagan, removiendo y abriendo nuestra energía. La vibración del cuenco resuena con las de cada persona, con su vibración esencial, penetra a través del cuerpo y se expande por sus huesos, por sus fluidos, por sus órganos, por sus células, afectando tanto al cuerpo material como al sutil, creando un estado de unidad entre el cuenco y la persona. Cuando usamos cuencos tibetanos, estos vibran cerca del cuerpo humano con su misma frecuencia de resonancia, provocando la resonancia simpática, induciendo modificaciones, influyendo positivamente en el equilibrio del cuerpo humano, estimulando una frecuencia determinada, provocando que resuene de la misma forma, favoreciendo que el cuerpo se recupere y vibre en armonía. 
Los cuencos tibetanos son ricos en sonidos armónicos. Cuando los golpeamos o los friccionamos producen un elenco de armónicos, una lluvia sonora de armonía para nuestro cuerpo físico, emocional, mental y espiritual. Al escucharlos, nuestro yo se pone a resonar con los armónicos, con múltiples frecuencias, de forma que todo nuestro organismo se establece en una vibración saludable y armoniosa por simpatía, por resonancia.
Valorando estas cualidades de los cuencos, podemos afirmar que su sonido y su vibración conmueven lo más profundo de nuestro ser, transfiriendo su poder transformador, accediendo a los niveles más profundos de nuestra esencia. 
El sonido emitido por los cuencos tibetanos provoca la modificación de las ondas cerebrales y facilita el poder alcanzar estados de profunda relajación, calmando y serenando la mente, nos prepara para la meditación y nos ayuda en las visualizaciones creativas, ya que posibilita el encuentro con nuestro espacio interior, el más profundo y auténtico, algo que a veces no conseguimos de forma fácil valiéndonos simplemente de nuestra voluntad. Su sonido tiene la virtud de convertirse en un viaje rápido a otro estado, nos permite regresar hacia adentro (retornar a casa), resonar con nuestro yo superior, con la verdadera conciencia. De forma más específica, con los cuencos tibetanos se pueden hacer trabajos para equilibrar y armonizar los chakras, o inducir desbloqueos energéticos, entre otros.





Legado através de los 5 elementos


  • Tierra: 
Corresponde a la función de la actividad que se presente a través de los sentidos. 

  • Agua: 
Relaciona la acción lo que pueda necesitar el paciente a la ahora de realizar una terapia. 

  • Fuego: 
Observa lo que hay adelante tuyo, después atiende de una manera digna y transparente. 

  • Aire: 
Siente a las personas, que necesitan ayuda física, psíquica o emocional por medio de una acción sosteniéndolos. 

  • Eter: 
Escuchar lo que estás percibiendo, a través de estos sonidos y frecuencias sanadoras, para comunicarnos con nuestro lenguaje.


Beneficios de la Sonoterapia

Los beneficios de la sonoterapia a través de los cuencos tibetanos, crótalos, campanas, diapasones y gong, trabaja sobre el organismo utilizando la fuerza del sonido.
Estas ondas sonoras de los cuencos tibetanos corresponden a las ondas beta y alfa con este orden, así mismo provocan un profundo relajamiento y favorecen el acceso a la dimensión interior de nuestro ser.
Las vibraciones de los cuencos tibetanos atraen la frecuencia armónica original y estimulan el cuerpo que, al entrar en sintonía con la frecuencia de los cuencos, vuelve a encontrar por sí mismo sus propias frecuencias armónicas, conducido por estas vibraciones, el cuerpo se une a las ondas vibratorias.
La terapia del sonido se basa en el principio de resonancia, por el cual una vibración más intensa y armónica contagia a otra más débil, disonante o no saludable. La vibración tiene la capacidad de llegar más allá, a través de las ondas vibratorias, y provocar una vibración similar en otro cuerpo. El sonido actúa en nuestras ondas cerebrales, ayudándonos a entrar en otros niveles de conciencia, donde son posibles los estados místicos, haciéndonos más receptivos a la auto-sanación física, mental, emocional y espiritual.
La falta de armonía sobre nuestro organismo repercute a diferentes enfermedades que puedan desarrollarse a corto o largo plazo, por esta razón las personas que tienen problemas psicológicos o emocionales puede disminuir dolores internos, así mismo evitar o eliminar alguna enfermedad cancerígena para adquirir un sistema inmunológico sano. 
Con la terapia del sonido se puede tratar:
  • El estrés y la ansiedad. 
  • Reduce la falta de concentración.
  • Dolores de cabeza.
  • Tratamiento de depresión y angustia.
  • Contracturas musculares.
  • Desequilibrios psicológicos.
  • Estados de ánimo.
  • Aumento de defensas del organismo.
  • Estabilidad mental y emocional.
  • Aumento de auto confianza y seguridad personal.
  • Controla los estados de insomnio e hiperactividad.
  • Equilibra los hemisferios cerebrales.
  • Equilibrio del cuerpo físico, emocional, mental y espiritual. 

¿Qué es la Sonoterapia?

La Sonoterapia, ha sido evidenciado experimentalmente que la música y sus componentes fundamentales (Estructuras rítmicas, escalas, tonos, etc.), producen patrones de actividad eléctrica cerebral coherente. Ello se traduce en una mayor eficacia a nivel del funcionamiento del cerebro no sólo como rector de los procesos cognitivos sino también como regulador de las funciones vegetativas del organismo.

La Sonoterapia a través de las medicinas vibracionales de los cuencos tibetanos, han recalcado la importancia de la información electromagnética y su utilización como lenguaje terapéutico dentro del sistema orgánico.
Los sonidos son frecuencias electromagnéticas susceptibles y por esta razón la sonoterapia a través del sonido se basa en diferentes técnicas en el: masaje sonoro o masaje vibracional, la terapia del sonido, las meditaciones de los cantos armónicos, crótalos, campanas, gongs, diapasones terapéuticos, mantras y Raags.
Por esta razón los primeros musicoterapeutas son los chamanes, médicos brujos tribales, quienes comienzan a utilizar cánticos, salmodias, susurros y estructuras rítmicas repetitivas para inducir estados de conciencia a nivel colectivo con fines catárticos y religiosos. Se tienen evidencias del uso ritual de la música en casi todas las grandes culturas de la antigüedad.
Los griegos y los egipcios nos cuentan acerca de los efectos psicológicos de diferentes escalas y modos musicales. De la misma manera, hindúes, chinos y japoneses antiguos, reconocen en sus ragas y modos pentatónicos, estructuras musicales aplicables a diversas actividades y estados de ánimo. A partir de tales tradiciones, durante el presente siglo se ha sistematizado el estudio de los efectos psicológicos y orgánicos de la música y se ha reconocido a la sonoterapia como vertiente terapéutica de valor concreto.